Las aguas avanzan

Imagen: Alba Filella. Texto: Ariel Halac

Como decía Heráclito, lo único estable es el cambio, pero ni siquiera el cambio adquiere una dimensión natural en los ciclos alterados, en los paisajes derruidos y reconstruidos en Nueva Orleans, en Nueva York o en las estepas argentinas donde no quedará nada más que inmundicia cuando las aguas bajen. Pro las aguas no bajarán.
Somos nosotros, los que habitamos costas paradisíacas y manglares plenos de vida, espacios vulnerables y alterados en su esencia, los que tenemos que retirarnos al desierto. Al desierto de nuestras propias vulnerabilidades. De nuestros odios ancestrales. De nuestro miedo al diferente. El desborde de las aguas es solo un espejo de lo que nos ha pasado como especie: No hemos sabido controlar la enorme fuerza espiritual y racional del Sapiens. De las miles de creencias que nos unen y separan, no existe la que nos salva, ni existe el dilema de la verdad en nuestro interior para bien nuestro y de los demás.
Ese concepto tan arcaico, el de verdad, en el mundo de post verdades y post mentiras solo nos deja una pregunta: cuando vendrá el próximo cataclismo a quitarnos el amable sueño de la zona de confort.
Las viejas paredes del ártico se convierten en agua caliente que eleva los mares. Los cielos se oscurecen con la perspectiva de tener que huir de espacios desiertos, inundados, sobre calentados y polucionados de plástico. Los mares son irrecuperables. Hay tanto material sintético en el fondo que todos los eco sistemas están dañados. En esos mismos mares en los que algunos voluntarios tratan de salvar la vida de los que cruzan en barco, desesperados, para encontrar una oportunidad de supervivencia en tierras de sobreabundancia de vivienda, comida, saludo y educación. Esos refugiados que mueren, vienen de lugares donde el desierto gana, donde el agua arrasa, donde el hombre como lobo del hombre se lleva los vestigios de solidaridad tribal. El lobo  se lleva el escaso  superávit para dárselo a una multinacional que le dará trabajo esclavo a las mujeres y a los niños que sobrevivan.
En Europa se cuecen esperanzas en redenciones identitarias. Se plantean revanchas frente a extranjeros que amenazan. En América las ciudades sucumben en su propia miseria. En todas partes hay cada vez con más mendigos despojados de su más elemental derecho. Heroinómanos suicidas, grupúsculos neo nazis y asesinatos en masa conviven con millonarios que si tuvieran cinco vidas y ocho generaciones por delante no sabrían que hacer con tanta codicia estéril.
Este es un mundo que le da la espalda a la naturaleza y a la naturaleza humana, para ahondar en las razones del supremacismo y de la intolerancia. Sobre ese mundo, como en el primer Diluvio Universal, avanza el agua.
Ni siquiera los holandeses, expertos en hacer de la adversidad un amigo, saben ya que hacer con tanto manglar inundado y abandonado a su suerte por la gran desidia universal del capitalismo salvaje que ellos mismos inventaron hace cuatro siglos.

Forever project- Proyecto para siempre

Ellie Ryder photographer / fotógrafa / text

 

Earth is unique amongst the universes known planets. It enjoys an atmosphere, climate, incredible biodiversity and is dominated by deep, blue, beautiful oceans. These oceans cover 70% of our planets surface and are home to untold numbers of fascinating marine creatures. The ecosystems of our oceans produce half the oxygen we breathe and provide food for over 60% of the worlds population. The ocean nurtures and sustains us and mankind enjoys a relationship with the sea that has existed since time immemorial. Today, however, our oceans are in peril, with international research providing compelling evidence that marine plastic pollution is an enormous environmental issue and that the worlds oceans are reaching a dangerous tipping point creating huge implications for the health of the marine environment and its biodiversity.

La Tierra es único entre los planetas conocidos del universo. Dispone de atmósfera, clima, una biodiversidad increíble y está dominado por profundos y hermosos océanos azules Los océanos cubren el 70% de la superficie de nuestro planeta y ubican una cantidad infinita de criaturas marinas fascinantes. Los ecosistemas de nuestros océanos producen la mitad del oxígeno que respiramos y proporcionan comida para más que 60% del población mundial. El océano nos sostiene y nos nutre y la humanidad disfruta de su relación con el mar, que ha existido desde tiempos inmemoriales. Hoy en día, sin embargo, nuestros océanos están en peligro, con investigación internacional demostrando convincentes evidencias de que la contaminación de plástico en los mares es un tema descomunal para el medio ambiente y que los océanos del mundo ya está llegando a un punto peligroso de desequilibrio, creando implicaciones masivas para la salud del medio ambiente marino y su biodiversidad.